Palabras clave: Alimento, Mesoamérica

Las culturas mesoamericanas han utilizado las cícadas durante al menos 6000 años, pero los conceptos erróneos y la falta de atención a las cícadas dieron lugar a una proliferación de suposiciones falsas sobre ellas por la falta de información etnobotánica. En el mejor de los casos, el uso de hojas y plantas para decorar altares durante las festividades religiosas y como fuente menor de alimento y, en el peor de los casos, se supone que su uso como alimento causa daño neurológico a largo plazo a los humanos. Los intentos de establecer un vínculo causal entre el consumo de cícadas y las enfermedades neurodegenerativas en la isla de Guam no son concluyentes.

Las personas que consumen cícadas saben universalmente que son extremadamente tóxicas y pueden causar enfermedades graves y la muerte, y por lo tanto hacen esfuerzos para eliminar o hacer que sus toxinas sean inofensivas antes del consumo. Sin embargo, la idea de que las cícadas causan problemas neurológicos a largo plazo parece ser la razón principal de una serie de estudios etnobotánicos después de la década de 1960. En pocas palabras, la suposición dominante es que los humanos consumen las cícadas solo como último recurso, generalmente como alimento de hambruna, por su toxicidad, y por lo tanto, nunca pudieron haber sido importantes en las dietas humanas, aunque esto no es del todo cierto.

En la región de Pamería, en el noreste de México, las cícadas se usan regularmente como alimento y para fines ceremoniales, las semillas, sin la capa carnosa, se cortan en trozos, se lavan en cenizas y luego se hierven, el proceso se repite varias veces. Las semillas desintoxicadas se muelen para hacer masa para tamales y tortillas. Sin embargo, en la comunidad vecina de los Teneek, se evita el uso de las cícadas como alimento, ya que esta comunidad ha utilizado las cícadas en el pasado como un alimento de hambruna y les recuerda tiempos de grandes dificultades y tristezas, sin embargo la cícada del “chamal” (Dioon edule) se usa en el chamanismo. En Oaxaca, las semillas de la “palma de chicalite” (Dioon spinulosum) se muelen, después de la desintoxicación, para hacer harina para tortillas. Este es también el caso de las semillas de Dioon mejiae conocidas como “tiusinte” en la región de Olancho de Honduras, donde las semillas se muelen para hacer masa para rosquetes y panes. En la depresión central de Chiapas, las cícadas Dioon merolae comúnmente conocidas como “espadaña” son buscadas por sus hojas que se utilizan para decorar altares en el pueblo de Suchiapa durante las celebraciones de la Santa Cruz que terminan de finales de abril al 3 de mayo. Las procesiones van a los bosques donde crece la espadaña y se cosechan las hojas, solo se toma una cierta cantidad de hojas de cada planta con precauciones para no dañar la cícada, aparentemente esta poda de las cícadas es beneficiosa, lo que da lugar a su producción de nuevas hojas. Esto se hace con mucha pompa y ceremonia con paradas llamadas “topadas” en ciertos lugares durante la cosecha, generalmente árboles grandes, para recitar oraciones en el idioma chiapaneco con la quema de copal, tambores y el consumo de pozol, que es una bebida de maíz fermentado y cacao no muy diferente de la “chicha” de la Amazonía.

En Sonora, Dioon sonorense conocido como peyote (nada que ver con la cactácea del mismo nombre) junto con la “cucharilla” (Dasylirion sp.) se utiliza para la fabricación de alcohol que ha llevado a la destrucción de poblaciones enteras de cícadas en la región de Bacanora. El mucílago de la cícada también se usa para el tratamiento de dolores de articulaciones (tullidos) en esta región. En el centro de Veracruz, en la
región de Xalapa, las semillas de la “costilla de león” (Ceratozamia tenuis) se muelen y se mezclan con mermelada o azúcar y se usan como insecticida contra las moscas. Los tallos del “amigo del maíz” (Zamia loddigesii) se usan en Tabasco para la desinfección del cordón umbilical durante el parto.

Además del uso ornamental de las cícadas para decorar jardines públicos y edificios municipales, la capa dura de las semillas de la palma de chicalite se utilizan para fabricar juguetes como zumbadores en Oaxaca. La capa dura de la semilla del “tiusinte” (Dioon mejiae) en Honduras se vacía y se perfora para hacer juguetes y silbatos de punta y blanco.

 

Pie de figuras

Fig. 1.- Planta de costilla de león (Ceratozamia tenuis) Foto A.V.

Fig. 2.- (página de inicio) Tiusinte en Honduras (Dioon mejiae). Foto M. Calonje

Fig. 3.- Amigo del maíz (Zamia loddigesii) Foto A.V.

Fig. 4.- Juguetes zumbadores de semillas del chicalite (Foto M. Bonta et al., 2006)