Con base en sus adaptaciones morfológicas, fisiológicas y su conducta para utilizar diferentes ambientes en los que realizan sus actividades diarias, es que se les clasifica como animales de hábitos terrestres o arborícolas.

Las ardillas terrestres son animales conspicuos, diurnos y sociales. Pueden llegar a establecer colonias formadas por cientos de individuos, lo cual es considerado como una estrategia contra la depredación, ya que algunos organismos vigilan la zona, mientras el resto de la colonia realiza otras actividades. Cuando existe algún peligro, los vigías emiten vocalizaciones de alarma que alertan a toda la colonia, permitiendo que los individuos huyan y busquen refugio. Las vocalizaciones son diferentes si el peligro se acerca por tierra o por el aire.

Estos animales son considerados especies importantes, ya que al excavar sus madrigueras, introducen la materia orgánica al subsuelo, permiten la aireación e infiltración de agua al suelo, lo cual permite un intercambio de nutrientes. Se alimentan de diferentes partes de plantas, consumen insectos, algunos de ellos plagas agrícolas. Son dispersores de grandes cantidades de semillas y finalmente, son una importante fuente de proteína para reptiles, aves y otros mamíferos. Sin embargo, cuando sus poblaciones se elevan en exceso y provocan daños a cultivos, son consideradas como plaga.

En México existen 37 especies de ardillas, de las cuales, 15 se encuentran en alguna categoría de protección. El chichilote (Xerospermophilus perotensis) es una de ellas. También es conocida localmente como moto o ardilla de Perote.  Su distribución, es reducida, sólo abarca la zona semiárida de la Cuenca de Oriental, la cual comprende parte de Puebla, Tlaxcala y Veracruz. Ésta zona se encuentra entre dos cadenas montañosas, la del Cofre de Perote y la Sierra Norte de Puebla. Se le considera como la zona semiárida más húmeda de México. Las poblaciones más grandes de la ardilla de Perote se encuentran en los municipios de Perote, Las Vigas, Oriental y Las Minas. Las condiciones naturales y orográficas del área provocaron que se presente una flora y fauna única, las cuales no se encuentran en otros sitios del país ni del mundo. Sin embargo la destrucción y fragmentación del área, causada por la conversión del 70% del área natural a zonas agrícolas, el sobrepastoreo, la deforestación sistemática, la erosión del suelo, la extracción de materiales pétreos  y la escasa protección que se le da al ambiente, han ocasionado que el chichilote y otras especies de vertebrados se encuentren en riesgo de extinción.

Debido a la distribución restringida, importancia ecológica y fuertes perturbaciones ambientales a las que se enfrenta la ardilla de Perote, es que se han realizado estudios acerca de su variabilidad genética, así como  evaluaciones del número y estructura de sus poblaciones, esto con el fin de obtener conocimiento acerca de la viabilidad y estado de conservación de la especie. Existen predicciones acerca de la desaparición de la especie con lascondiciones ambientales a las que actualmente se enfrenta; los resultados muestran que de continuar así la situación, para el año 2080 la especie habrá desaparecido en estado silvestre. Por esto, es importante el establecimiento de programas de monitoreo, conservación y manejo de recursos, los cuales deben estar basados en el conocimiento del estado de las poblaciones actuales para así posteriormente ayudar a incrementar o estabilizar el tamaño de las poblaciones de esta carismática especie que provee de tantos beneficios al ecosistema.

 

Foto 1: (página de inicio)Hembra juvenil en búsqueda de su madriguera. (Fotografía: A. González-Gallina).

Foto 2: Individuo en estado alerta. (Fotografía: A. González-Romero).

Foto 3: Crías de un mes de edad en conducta vigilante. (Fotografía: S.H. Montero-Bagatella).

Foto 4: Ardilla adulta frente a uno de sus depredadores naturales. (Fotografía S. H. Montero-Bagatella).