Los dos, es decir; los enfoques multi- e inter-disciplinarios son complementarios. Ninguno de los dos debiera desplazar el conocimiento disciplinario, y corresponde al talento del aspirante evitar que uno de ellos se privilegie. Sobre todo porque la profundidad del conocimiento-básico integrado de ambos, es el camino requerido para enfrentarse al “conocimiento-mosaico” de un posgrado.

No es fácil definir inter-disciplina. Por mi ruta académica prefiero distinguir entre multi-, inter-, y trans- disciplina, utilizando –como criterio- las relaciones entre los enfoques y metodologías de las disciplinas concernientes, para distinguir los tipos de relaciones entre disciplinas y la construcción-de-conocimiento, en relación a un área de tópicos comunes.

Una relación multi-disciplinaria, involucra una mínima interacción entre disciplinas, como es el caso de estudios de antología (Anthology) en el cual cada autor individual simplemente hace una contribución uni-disciplinaria. La disciplinariedad establece como sine-qua-non que los autores no-se-traslapen. En manejo de ecosistemas oceánicos, esto puede tomar, por ejemplo, la forma de estudios separados por los economistas, los biólogos y los físicos, sobre el impacto de las fuentes de contaminación  terrestres en el uso de la zona costera. Lo cual puede conducir a conclusiones de resultados parciales o incompletos.

Una relación inter-disciplinaria, involucra considerables interacciones lo cual puede resultar en un proceso de dar-y-tomar entre dos o más disciplinas. No obstante, reteniendo sus enfoques disciplinarios respectivos, hay una convergencia de metodologías. Hay una frontera para estar territorialmente  traslapados, y en un seguimiento inter-disciplinario exitoso resulta una simbiosis. El objetivo es una visión holística o multi-dimensional del problema en cuestión. En el manejo ecosistémico costero-oceánico, puede decirse que una evaluación de impactos ambientales se resuelve con este tipo de relaciones. Y, en general,  esto es así en el abordaje de la mayoría de los sistemas complejos (p. ej., reservas forestales, cuencas hidrológicas, o  ecosistemas costeros).

Una relación trans-disciplinaria, es aquella que involucra el nivel más alto de interacciones entre dos o más disciplinas, tanto en términos de metodologías como de enfoques. Como producto sobreviene una síntesis, la cual puede llegar a permitir la emergencia de una nueva disciplina, como el caso de geodesia marina a nivel regional, o incluso ampliar el concepto de “landscape” a “seascape”, este último ausente de la literatura. Además, puede ocurrir que la nueva disciplina sea muy fuerte, porque se sostiene sobre antiguas disciplinas, necesarias para proveer las premisas que sugiere la innovación.

La Tabla a continuación, ilustra diagramáticamente las relaciones entre los tres enfoques, lo cual puede ser descrito con referencia de los ejemplos siguientes de investigaciones colaborativas, y esfuerzos escritos en libros sobre manejo de pesquerías, manejo forestal, o manejo de cuencas, involucrando biólogos, antropólogos, oceanógrafos y economistas, entre otros:

 

Relaciones entre Disciplinas (Adaptado de Chircop, 2000) 

Tipos de relaciones 

entre disciplinas

Perspectivas

disciplinarias

Metodologías

basadas en la disciplina

Resultados

Multi-disciplinario 

Perspectivas 

separadas

Metodologías de

investigación y reporte

separados

Capítulos separados 

entre Biología, Economía

y Antropología, en el libro

Inter-disciplinario

Mezclado,

pero perspectivas

identificables

Metodología de investigación

y reporte coordinado

Capítulos separados o 

comunes en el libro, con 

disciplinas identificables

Trans-disciplinario

Perspectiva única

común

Metodología de

investigación y reporte    

Común

 

Capítulos Comunes que

tienden a ser más temáticos

y menos identificables en

términos de disciplinas

 

La “disciplinariedad” y sus derivados (multi-, inter-, o trans-) definen puntos de vista intelectuales. Es muy importante para los profesores e investigadores en la educación superior, ser consientes de sus puntos de vista, ya sean rígidos o flexibles,  pero también de la opción de patrones alternativos que puedan adaptarse en el desarrollo curricular en los estudios de postgrado. Por mi formación profesional, pienso que el currículo a nivel de posgrado define estudios de alta especialización, más que generalidades, y debe reflejar culturalmente el dominio tanto multi- como inter-disciplinario, pero sobre todo aceptar el desafío de cometer la audacia de cruzar la frontera de la tras-disciplina. Esto, porque los estudiantes que serán profesionales protagonistas en este siglo XXI, actuarán frente a un complejo conjunto de crisis que han llegado para quedarse. Y aquí están los desafíos hacia adelante.  Me refiero a: la crisis climática, la crisis energética, la crisis alimentaria, la crisis financiera internacional, la crisis ambiental con severa contaminación, la destrucción de humedales, la limitación de agua dulce, la carencia de suelo fértil, el declive de las pesquerías, la destrucción de los bosques, y la presión social y económica para un desarrollo desbordado por la expansión demográfica. Todas estas crisis están “comúnmente” vinculadas y “comúnmente” acopladas en un planeta global. Frente a estos escenarios los estudiantes-siglo-XXI (en cualquier especialidad de postgrado) tiene la gran oportunidad de ser protagonista, para resolver problemas en el futuro inmediato.

Actualmente, existe una buena cantidad de indicadores que demuestran que las condiciones ecológicas están globalmente comprometidas. Esto incluye reducción de la productividad primaria, reducción de la complejidad biológica, expansión de la contaminación via eutrofización, degradación en la mayoría de los ecosistemas continentales de bosques, cuencas, zonas costeras y los ambientes oceánicos, reducción de la biodiversidad, declive de la resiliencia, vulnerabilidad de los servicios ambientales, lenta recuperación de ecosistemas dañados, y reducción de la integridad ecológica. Todo lo cual coloca la sustentabilidad ambiental del desarrollo, severamente comprometida. Como académico de carrera con más de 40 años de experiencia, no tengo dudas que estamos obligados a aceptar el desafío que nos marca la trans-disciplina en este siglo XXI.

 

 

Esta figura tomada de Yáñez-Arancibia, Dávalos Sotelo, Day y Reyes (2013), señala que la explotación racional de los recursos naturales, es sustentable si se basa sobre el funcionamiento natural del ecosistema y sus recursos, desde una perspectiva en que los fenómenos, conceptos y procesos, sean analizados transdisciplinariamente hacia un manejo integrado. Es decir, la clave es la integración de un sistema biológico/social/económico/legal complejo, de forma tal que el manejo-ecosistémico es el que sostiene una retro-alimentación positiva, hacia la sustentabilidad ambiental del desarrollo socioeconómico.

 

 

Esta figura tomada de Yáñez-Arancibia, Dávalos Sotelo, Day y Reyes (2013), nos ilustra un entendimiento comprensivo para detectar la reducida capacidad de cualquier ecosistema productivo, en encontrar el equilibrio de los intereses en conflicto. El equilibrio que se busca resulta de la conjunción de la multi-, Inter-, y trans-disciplina, donde la aspiración óptima es la integración de los intereses comunes, de lo que es “socialmente deseable”, “económicamente factible”,  “ecológicamente viable”, y “legalmente permisible”, hacia el encuentro de las soluciones sustentables para un desarrollo sostenible.

No estoy diciendo que esto será fácil en el futuro inmediato, pero hacia un manejo sustentable de ecosistemas y recursos  explotables en México,  esto  es  absolutamente  necesario y urgente.

Finalmente, este ensayo surge de dos referencias que orientan a quién desee profundizar:

  • Chircop, Aldo, 2000. Teaching integrated coastal management: lessons from the learning arena. Ocean & Coastal Management 43 (4-5): 343-359. In: Genoa Special Issue on Education and Training in Integrated Coastal Management. Ocean & Coastal Management, Special Issue Elsevier. Associated Editors R. W. Knecht, T. E. Chua, A. Yáñez-Arancibia, and A. Vallega, páginas 277- 444.
  • Yáñez-Arancibia, A., R. Dávalos Sotelo, J. W. Day, and E. Reyes, 2013. Introduction to ecological dimensions for sustainable socioeconomic development, Chapter 1: 3-28. In: Ecological Dimensions for Sustainable Socio Economic Development. WIT Press, Southampton UK, 608 pp.