Para Xalapa y la región, el Santuario del Bosque de Niebla es el lugar más apto para la sensibilización y esparcimiento de los ciudadanos visitantes, en especial niños y jóvenes, y desde luego para la generación de conocimiento científico de frontera a través de investigaciones en materia de ecología del bosque, conservación, restauración y biomimetismo, actividad fundamental del INECOL.

El Santuario del Bosque de Niebla es, además, un lugar muy importante para el ambiente de la región, pues los servicios ambientales que otorga permiten condiciones de vida muy agradables. En sus 30 hectáreas de territorio viven al menos 100 especies de aves, 40 de orquídeas, más 250 de hongos, 10 de reptiles, 9 de anfibios y 19 de mamíferos, destacando entre ellas las especies que están incluidas en alguna categoría de protección reconocida por las leyes nacionales e internacionales, y otras, de todos los grupos, recién descritas como especies nuevas para la ciencia. En otro sentido, su presencia es vital para las zonas urbanas vecinas, pues es un excelente captador de agua de lluvia y favorece la recarga de manantiales; al mismo tiempo previene la erosión, los deslaves, el azolve de ríos y las inundaciones cuenca abajo.

Un entorno con serios problemas

Desafortunadamente, el Santuario del Bosque de Niebla se enfrenta al desordenado, y con frecuencia ilegal, establecimiento y expansión de asentamientos urbanos en terrenos colindantes. En el caso particular de los asentamientos irregulares (entendidos como invasiones llevadas a cabo por grupos cuyo modus vivendi es esta práctica), los terrenos colindantes sufren una deforestación rampante con la consecuente pérdida de vegetación, fauna y suelo, y una vez habitados dan lugar a la contaminación de nuestro humedal por aguas residuales domésticas y basura, la pérdida de manantiales y la deletérea presencia de fauna feral.

Hace ya varios años que el INECOL denunció y convocó a sumar esfuerzos para resolver el caso de la invasión al predio “El Roble”, propiedad del gobierno de Veracruz, pero a pesar del apoyo declarado de las autoridades estatales y municipales, los procesos de levantamiento de denuncias, inspección, tipificación y aún los juicios y tránsito por los tribunales, han ocurrido con una lentitud pasmosa.

Lo peor es que claramente esa lentitud fomenta la réplica impune de este modelo de invasiones (¡total, no pasa nada!), de manera que hoy existe ya un segundo predio cercano a “El Roble”, también propiedad del gobierno de Veracruz, ocupado ilegalmente por una única familia cuya contribución con la deforestación de los remanentes de bosque y la contaminación del agua es enorme, ya que se dedican a la pepena y a la cría rústica de cerdos y vierten sus aguas y demás basuras el mismo humedal del Santuario del Bosque de Niebla. En el pasado mes de diciembre medimos la cantidad de bacterias coliformes fecales en el agua del humedal, y encontramos que está contaminada en niveles totalmente fuera de los máximos establecidos en las normas sanitarias debido al agua residual procedente de la granja de cerdos. ¡Algo verdaderamente espantoso e impactante para el agua y la vida silvestre!

El humedal del Santuario del Bosque de Niebla tiene enorme importancia para la protección y conservación de la vida silvestre y la regulación de los flujos de agua de la ciudad. Es alimentado por corrientes de aguas pequeñas pero permanentes, procedentes del propio bosque y de manantiales que nacen en las fincas vecinas, haciéndolo un sitio ideal para que la vegetación de zonas inundables y numerosas especies de aves residentes y migratorias, entre ellas especies amenazadas o en peligro de extinción, puedan vivir y prosperar. Desgraciadamente, además de las aguas residuales de los predios invadidos, también recibe aguas negras de la propia ciudad de Xalapa, a través de los drenajes sanitarios conectados de manera ilegal al drenaje pluvial municipal.

Hemos avanzado, pero falta muchísimo camino por recorrer. Sea esta nota un llamado a los lectores a sumar esfuerzos para presionar a las autoridades ambientales, judiciales y a aquellas que resguardan el patrimonio de los veracruzanos para que reubiquen a los ocupantes de ambos predios y de esa manera recuperar un poco más del escaso pero maravilloso bosque de niebla de la región. Dejemos claro a la autoridad que como ciudadanos no queremos que solape la práctica de que “es mejor pedir perdón que pedir permiso”. Pagar multas no resuelve nada y no impedirá que surjan problemas semejantes en el futuro. Lo realmente necesario es recuperar esos terrenos para restaurar el bosque de niebla. Esa es la gestión que estamos llevando a cabo.

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