La ganadería es una práctica pecuaria importante porque produce alimento proteico de alta calidad, sin embargo, es una de las actividades antropogénicas que más daño causa a los ecosistemas y a la biodiversidad. 

Se calcula que del 20 al 35% de la superficie del planeta se utiliza para pastoreo de ganado. En México, la ganadería ocupa aproximadamente 1.1 millones de kilómetros2 (56% de la superficie nacional), excediendo el potencial ganadero que constituye el 46.8% de la superficie. Desde 2002, la actividad ganadera superó la capacidad de carga de los ecosistemas en 24 estados del país provocando degradación y fragmentación del hábitat.

 

La ganadería y la deforestación

La deforestación es uno de los factores que impulsan la destrucción de los bosques tropicales provocando la fragmentación del hábitat y la pérdida de la biodiversidad. En México, se estima que las selvas secas originalmente abarcaban 270,000 km2, pero a principios de los años 90 sólo quedaba 24% de la cobertura original (figura 2).

El proceso de deforestación del trópico mexicano se remonta a la colonia, entre los siglos XVI y XVII; posteriormente fue impulsado con la reforma agraria y políticas de fomento que caracterizaron al gobierno mexicano durante la segunda mitad del siglo XX, comenzando con el reparto de tierras. Du­rante el sexenio de Lázaro Cárdenas (1934-1940) se re­partieron aproximadamente 18 millones de hectáreas a los campesinos demandantes de tierra. Después de 1940 las dotaciones de tierra para la forma­ción de nuevos núcleos agrarios se hicieron a expensas de las llamadas “tie­rras ociosas”, es decir, ecosistemas naturales sin trans­formar. Esto originó la conversión de áreas naturales en zonas ganaderas, ocupando aproximadamente el 60% del área del país.

 

Impacto de la ganadería sobre la biodiversidad

La ganadería está relacionada con factores demográficos, económicos y de gobernabilidad y está asociada con el movimiento antropogénico de especies, extracción y consumo de organismos y adición o descarga de productos químicos. Esto expone a especies silvestres a la extracción o caza por los conflictos con la ganadería, como el caso de los jaguares y los pumas, que son cazados porque son considerados un riesgo para los rebaños (figura 3).

El principal impacto de la ganadería es la degradación y fragmentación del hábitat, que afecta la composición de especies y sus procesos ecológicos.

El pisoteo resultado del pastoreo aumenta la degradación de los pastizales y la erosión del suelo, principalmente en zonas áridas. En algunas áreas los desechos provenientes de la ganadería exceden la capacidad de absorción de la tierra y el agua, resultando en contaminación del suelo, del agua subterránea y en la pérdida de biodiversidad.

Uno de los mayores daños de la ganadería a la ecología reconocidos anivel mundial, son las cantidades de CO2, NO2 y CH4 que se liberan a la atmósfera, ya que estos gases son de efecto invernadero y colaboran al calentamiento global.

 

Alternativas para disminuir el impacto de la ganadería

La ganadería representa uno de los componentes con mayor crecimiento del sector agropecuario, la carne de res es el segundo producto de origen animal consumido a nivel mundial aportando proteína de alta calidad para el consumo humano. Sin embargo, el ganado afecta de muchas formas a la biodiversidad, sobre todo a la vegetación, por lo que resulta necesario plantear alternativas que minimicen el daño que ocasiona.

Una alternativa sería el mejoramiento genético para reducir el inventario ganadero y aumentar la producción. Otra opción es disminuir los sistemas de pastoreo extensivo que afectan grandes extensiones de tierra e incrementar los sistemas intensivos (figura 4). 

Los sistemas silvopastoriles y la ganadería sostenible resultan buenas estrategias para disminuir el impacto de la ganadería sobre el medio ambiente. Por ejemplo, los sistemas silvopastoriles favorecen la biodiversidad al crear autopistas verdes y corredores biológicos para el tránsito de especies facilitando el flujo génico entre las distintas poblaciones.

Como último punto, se recomienda trabajar en las políticas públicas y en el ordenamiento territorial para evitar que los bosques, no solo en el país, sino en el mundo, no sean deforestadas con fines agropecuarios y se pueda conservar la biodiversidad del planeta.

 

Conclusiones

Es un hecho que las prácticas ganaderas tienen un fuerte impacto sobre la biodiversidad del planeta, sin embargo, no podemos desaparecer a la segunda fuente de alimento proteico del mundo, por lo que tenemos que buscar la forma de minimizar los daños con la conformación de equipos de trabajo interdisciplinarios y transdiciplinarios para buscar soluciones concretas para la conservación de especies.

La deforestación y la consecuente degradación del hábitat por la ganadería son factores que abonan a la crisis que está viviendo la biodiversidad del planeta, si no se toman las medidas necesarias y oportunas, la pérdida de hábitat, y por lo tanto de la biodiversidad, seguirá avanzando y mermando la supervivencia de especies.

 

Figura 1. Sistema de ganaderia intensiva. A diferencia de la ganaderia exteniva, los sistemas intensivos requieren de menor espacio para albergar un mayor inventario ganadero, generalmente con mayor rendiiento productivo (Foto: Antonio Acini Vásquez Aguilar).

Figura 2. Pérdida de las selvas tropicales por la ganadería. En el siglo pasado muchas tierras de ocio fueron sustituidas por grandes áreas de potreros destinadas para la ganadería, como lo ocurrido en Balancan Tabasco (Foto: Antonio Acini Vásquez Aguilar).

Figura 3. Jaguar (Panthera onca). Ejemplar de jaguar baleado en Tulum (disponible en: https://www.elsoldecordoba.com.mx/republica/hallan-a-jaguar-muerto-en-tulum). 

Figura 4. Riqueza natural de México. México es un país megadiverso que cuenta con una gran variedad de especies de plantas y animales. (Foto: Antonio Acini Vásquez Aguilar).