¿Por qué festejar la Candelaria de los humedales?

Ana Laura Lara Domínguez

 

El dos de febrero en Tlacotalpan Veracruz, sale por la noche un cortejo de lanchas que escolta a la Virgen de la Candelaria para agradecerle su generosidad y cuidado, proporcionando abundantes recursos para sus creyentes. Esto en un ambiente rodeado de popales, tulares, manglares, pastizales inundados, manatíes, acamayas, sábalo, entre otros organismos de gran utilidad para los habitantes. Es propicio entonces que en este mismo día se celebre en el mundo el día de los humedales.

Esta celebración se inicia el 2 de febrero de 1971 cuando se constituye  la Convención sobre los Humedales que es un tratado intergubernamental aprobado en la localidad iraní de Ramsar por lo que comúnmente es llamada “la Convención de Ramsar”. Tiene como misión “la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales, nacionales e internacionales, que contribuyan a lograr un desarrollo sostenible en todo el mundo”. Inicialmente los humedales que se denominan como sitios Ramsar se enfocaban a la conservación de sitios  de importancia internacional especialmente como hábitats de aves acuáticas. Actualmente la Convención ha ampliado su alcance de aplicación hasta abarcar la conservación y el uso racional de los humedales en todos sus aspectos, reconociendo que son ecosistemas extremadamente importantes para la conservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades humanas.

La Convención, entiende por humedal una amplia variedad de ambientes como lo son los  pantanos, turberas, llanuras de inundación, ríos y lagos, y áreas costeras tales como marismas, manglares y praderas de pastos marinos, pero también arrecifes de coral y otras áreas marinas cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros, así como humedales artificiales tales como estanques de tratamiento de aguas residuales y embalses.

El agua como un sistema están interconectados,por ejemplo los ríos que se vinculan desde su origen hasta que desembocan en el mar,por lo que  las alteraciones en una de sus secciones a lo largo de ellos tiene repercusiones a cientos de kilómetros de distancia. Es decir, cuando el hombre altera algún cuerpo de agua, los efectos se pueden percibir a más de 800 kilómetros de distancia. Por ejemplo, si se deforesta en la parte alta de la cuenca, el agua no se detendrá, no se filtrará adecuadamente para alimentar los mantos freáticos, y por el contrario el agua tendrá un efecto erosivo y arrastrará sedimentos del suelo que llegará a cuerpos distantes y finalmente al mar.

Los impactos a lo largo de los ríos que desembocan al mar es diferente en sus secciones ya que hay sitios donde se ubican asentamientos humanos, que van desde algunas viviendas hasta grandes ciudades, por lo que pueden modificar el flujo del agua por la construcción de presas, canalizaciones, desvío del cauce original. También pueden arrojar sin tratamiento sus aguas de desecho doméstico e industrial. También hay lugares en la cuenca que están asociadas a un intenso desarrollo turístico con extensas modificaciones del canal de los ríos  para realizar actividades de navegación, atracaderos, y asociados a extensos asentamientos humanos principalmente en la cuenca baja. Igualmente, pueden existir extensas áreas dedicadas a la agricultura y la ganadería con potencial contaminación por agroquímicos (pesticidas, fertilizantes, entre otros) y el aporte de grandes cantidades de materia orgánica y organismos patógenos. Estos han disminuido en gran medida la extensión y calidad de los humedales.

El restablecimiento de los sistemas de captación de agua, pueden ser una solución de las inundaciones y la falta recurrente de agua para consumo humano. Estos sistemas alimentarán mantos freáticos que al salir a la superficie se convierten en humedales y evitando su estancamiento previene la formación de moscos; si se mantienen limpios, es decir que no se utilicen como basureros, entonces nos proporciona un lugar con una alta diversidad de plantas y animales. La clave es mantener los humedales en buen estado (tanto de sus condiciones hidrológicas como de flora y fauna)y para esto se requiere de la participación de la comunidades y un monitoreo continuo por parte del gobierno.


Que debemos hacer para protegerlos:

  • Tener un programa continuo de conservación, mantenimiento y monitoreo de los humedales, y que no cambie con las administraciones
  • Es importante que estos humedales sean incorporados a la comunidad, para que los mantengan funcionando y los pueda disfrutar. Para esto, hay que elevar su calidad ambiental”.La solución parece lenta, pese a que este es uno de los primeros pasos en el proceso de restauración.
  • Si no se soluciona el problema de vertimientos de aguas residuales (que están cambiando las condiciones ecológicas y biológicas de nuestros ríos, humedales y océanos, continuará el aumento de la materia orgánica, los contaminantes, las bacterias coliformes, que atentan contra la salud) a los humedales, nunca se va a mejorar la condición biológica de estos.
  • Es importante construir alcantarillados separados para controlar que el agua de lluvia entre a los humedales y no aguas servidas.


Mientras no se controle la fuente de contaminación, modificación, desviación del agua que debería llegar directa, seguirá la pérdida de calidad de estos hasta un punto de no retorno, muchos de ellos denominados Sitios Ramsar.

Pobres humedales: tanto que nos dan y tan poco que los cuidamos.