La etnoprimatología: una disciplina que nos ayuda a comprender las relaciones de los humanos con otros primates

Alejandro Lagunes Gómez y Francisca Vidal-García

Un elemento bastante útil, por no llamarle indispensable, en cualquier tipo de investigación es la famosa entrevista. Ésta tiene su notoriedad bien ganada  por el hecho de que permite recolectar una cantidad muy valiosa de información y, en nuestro caso, nos ayuda a entender mejor las relaciones que los humanos tenemos con el resto de los primates.

¿Qué hace a la entrevista tan especial? Hablando propiamente acerca de la experiencia en el área primatológica, el procedimiento para su elaboración se basa en “echarse un clavado” en la piscina cultural de las  zonas privilegiadas que los monos han escogido como su hogar. Se trata de empaparnos de la sabiduría popular que se tiene sobre ellos y sobre los demás animales de la región y cómo han incorporado el uso de las especies a su vida cotidiana.

La manera más efectiva de lograrlo es acercarnos a la gente local, meternos a sus casas (con su permiso, claro está), sentarnos y platicar cara a cara con las familias. Mediante una conversación casual, emprendemos la misión de exprimir la mayor cantidad de jugosa información posible. Por supuesto que para tener éxito se requiere de un esquema bien planeado que nos guíe. El caminito fluye más o menos así: comenzamos por conocer lo más elemental sobre los entrevistados preguntándoles “¿cómo te llamas?, ¿a qué te dedicas?, ¿cuántos años tienes?”. Estos datos, en conjunto con las especificaciones del lugar en el que estamos (municipio, estado, coordenadas, altitud y población) constituyen  las primeras referencias para una base de datos. Ya tenemos los cimientos de la torre en nuestra investigación.

Seguido de esto, entramos en materia sobre los monos (o nombre local con que se conozcan) y comenzamos con las preguntas  interesantes: “¿Hay monos en tu localidad?, ¿alguna vez han existido?, ¿sabes dónde viven (o vivían)?, ¿alguna vez los has visto?” Esta información empieza a ser útil al momento, porque nos brinda detalles preliminares sobre la presencia de las especies. Si la suerte nos sonríe, podemos colocar otro puntito en nuestro mapa como referencia para trabajos futuros.

Entonces, continuamos con las cuestiones más específicas basadas en el conocimiento que la gente tiene sobre los monos: “¿sabe de qué plantas se alimentan?, ¿esas plantas tienen algún uso en la comunidad?” Con esto nos impregnamos de la sabiduría popular más valiosa, nos damos cuenta qué tanto sabe la gente sobre ellos,  además de aprender un poquito de la etnobotánica local. Podemos ir dándonos una idea de si los monos están considerados como una amenaza por el uso compartido de los recursos alimenticios con la población local.

Cuando les preguntamos “¿aquí las personas le dan algún uso a los monos?”, la respuesta muchas veces es todo menos agradable: “los usamos como mascotas”, “los cocinamos”, “no sirven para nada”. Hay otras preguntas importantes que nos permiten conocer el concepto en que la gente los tiene “¿a usted le gustan los monos?, ¿usted hace algo para protegerlos o cree que es importante hacerlo?, ¿participaría en actividades para su protección?”

Todo el esfuerzo vale la pena, porque la información recabada, nos permitirá regresar con una estrategia de concientización que se adapte a la situación específica del lugar. Si existe una preocupación común por el cuidado de la fauna, si la gente está o estaría dispuesta a colaborar en acciones para conservar a la especie y su hábitat o si por lo menos inspiran simpatía a las personas. De las conclusiones derivadas de nuestra entrevista va a depender en gran medida la manera en que intentaremos afrontar nuestra misión de conservar a los primates en cada lugar.

El valiosísimo carácter de la información etnobiológica recae principalmente en las ricas vivencias que nos brinda el compartir con las personas. Esas experiencias nos ayudan a crear importantes vínculos con la gente, que en sus manos posee la capacidad de preservar o destruir el hogar de las especies. No olvidemos que nuestro compromiso ha sido, es y será con los primates y con  su entorno y todo nuestro trabajo está fundado en la visión y en la misión de su bienestar, que al mismo tiempo es el bienestar de todo el medio ambiente, incluyéndonos a nosotros mismos.

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Alejandro Lagunes Gómez es alumno de la Ingeniería en Gestión Empresarial en el Instituto Tecnológico Superior de Xalapa

Francisca Vidal-García es estudiante del Programa de Doctorado del Instituto de Ecología A. C.

 

Figura 1. (página de inicio) Los primates forman parte de la vida de las personas en diferentes aspectos, aquí se muestran algunas representaciones prehispánicas de ellos.

Figura 2. Entender las relaciones de las personas con los monos, nos ayuda a comprender mejor las necesidades para su conservación.

Figura 3. El conocimiento tradicional proporcionado por la personas permiten conocer la relación de las personas con los primates en cada lugar.

Figura 4. La entrevista se lleva a cabo en un ambiente de confianza y agradable para lograr obtener la mayor información posible.