Bacterias... la otra historia

Antonio Acini Vásquez y Dolores Hernández Rodríguez

 Bacterias y enfermedades

Siempre que oímos hablar de bacterias las relacionamos con enfermedades, pues a lo largo de la historia las bacterias han sido responsables de varias epidemias, una de ellas, la peste negra o bubónica causada por la bacteria Yersenia pestis fue responsable de que 200 millones de personas, un tercio de la población de Europa, pereciera entre el siglo VIII y el XIV (Figura 1).

Pero existen otras bacterias que ayudan a mantener la salud y prevenir enfermedades, bacterias benéficas, y de ellas escribimos en esta ocasión.

Bacterias benéficas

Los microorganismos benéficos tienen una larga historia especialmente las bacterias conocidas como probióticas. Se han encontrado referencias que muestran que desde la antigüedad se reconocían efectos benéficos producidos por estas bacterias, por ejemplo, en el viejo testamento (Génesis 18:8), se menciona que Abraham debió su longevidad al consumo de leche agria y en la antigua Roma en el año 76 d.C. Plinius (escritor y naturalista Romano), recomendaba la administración de productos de la fermentación láctea para tratar enfermedades gastroentéricas (Figura 2).

Así, las bacterias benéficas han existido y coevolucionado a lo largo de la historia de la humanidad aportando beneficios a la salud de los hospederos en los que habitan.

Las bacterias benéficas son principalmente de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium (Figura 3), y se caracterizan por brindar beneficios a sus hospederos al crear un microbioma (ambiente microscópico a nivel intestinal) favorable para su desarrollo y limitante para el desarrollo de bacterias patógenas como Escherichia coli y Salmonella spp., que son responsables de provocar enfermedad diarreica aguda.

 

Beneficios y mecanismos de acción

Se conocen diversos efectos benéficos entre las que destacan la protección contra agentes patógenos y el efecto inmunomodulatorio (Figura 4), pero con el avance de los estudios en este campo cada día se conocen más y se ha llegado a describir cómo funcionan, por ejemplo, la supresión de microorganismos patógenos se debe a que las bacterias probióticas producen sustancias antimicrobianas entre las que se encuentra el peróxido de hidrógeno, el diacetilo, la reuterina, ácidos orgánicos como el  ácido láctico y el ácido acético; algunas especies de bacterias también producen sustancias de naturaleza proteica conocidas como bacteriocinas.

También tienen la capacidad de disminuir el colesterol sérico al inhibir su síntesis y reducir las lipoproteínas de baja densidad impidiendo su absorción en el intestino delgado;  otro beneficio es que favorecen la absorción de nutrientes pues los probióticos promueven el “equilibrio” de la microbiota (diversidad de especies microbianas en el intestino), ayudando al procesamiento de azucares no digestibles,  metabolismo de proteínas complejas, síntesis de vitaminas y producción de energía. Cuando ciertos azúcares (oligosacáridos), que sirven de alimento para estas bacterias, son administrados en la dieta estimulan la absorción de minerales como el calcio, el fosforo y el magnesio, siendo mayor este efecto en fase de crecimiento rápido cuando la demanda de calcio es alta.

El efecto inmunomodulador de la microbiota y los probióticos consiste en la modulación de la función de las células dendríticas tipo 1 (CD1) que inducen células efectoras Th1,  células T reguladoras y la activación de células NK, todas ellas responsables de la respuesta inmunitaria en el intestino, es decir que son las células de defensa contra enfermedades.

Recientemente la investigación de los efectos de estas bacterias se ha ampliado y con base en estudios científicos se ha descubierto que estas bacterias son capaces de influir en la conducta del hospedero en distintos ámbitos como el aprendizaje, estados de ansiedad y conductas alimentarias.

Conclusiones

En la actualidad hay varios estudios a nivel mundial que ratifican sus beneficios y cientos de productos comerciales que contienen probióticos, incluso existen suplementos alimenticios a base de probióticos para consumo humano y animal que, como mencionamos pueden cambiar el microbioma y la microbiota ofreciendo beneficios a la salud.

Sin embargo, hay que estar conscientes de que cada tipo de bacteria tiene propiedades específicas y que si bien los efectos benéficos que proporcionan han sido científicamente probados cada bacteria actúa a distintos niveles y en menor o mayor grado por lo que es importante consultar a un especialista que nos asesore a cerca de la correcta forma de administración.

También hay que considerar que debido a la popularidad que han alcanzado en los últimos años los productos probióticos, éstos se han incrementado en el mercado pero no todos ellos cumplen con los estándares establecidos.

La próxima vez que escuchen hablar de bacterias recuerden que también hay bacterias buenas que brindan beneficios a la salud humana y animal.

 

Pies de figura 

Figura 1. Médico de la peste, grabado de 1656. (imagen en Los medicos de la peste. http://elzo-meridianos.blogspot.mx/2008/11/los-mdicos-de-la-peste.html) En los siglos XVII y XVIII, los médicos utilizaban máscaras llenas de artículos aromáticos. Las máscaras eran diseñadas para protegerlos del aire podrido, el cual era visto como la causa de la infección ya que se desconocía la existencia de las bacterias (Yersenia pestis, agente etiológico de la peste).

Figura 2. Productos de la fermentación láctea. (Imagen en Alimentos probióticos: bacterias buenas para la salud. http://www.faba.org.ar/fabainforma/473/Actualidad.htm). Todos los derivados lácteos contienen bacterias probióticas, esencialmente lactobacilos y bifidobacterias. 

Figura 3. Bifidobacterium bifidum. (Imagen en bifidobacterium bifidum. gli antibiotici del futuro prossimo. http://www.mondotechblog.com/). Las bifidobacterias son uno de los generos más estudiados y utilizados por su largo historial de no producir efectos adversos y por los beneficios observados en los organismos que las consumen. 

Figura 4. Esquematización de los mecanismos de acción de los probióticos en el tracto intestinal (Modificado de Delgado F. R. 2013. Probióticos y salud Humana. Disp.en:http://bvs.sld.cu/revistas/mciego/vol19_supl2_2013/rev/t-15). Los principales mecanismos de acción son la inhibición del crecimiento de