Los mitos y sus consecuencias en la conservación de los anfibios y reptiles mexicanos 

María Chanel Juárez Ramírez y Luis M. García Feria 

Antiguamente en México habitaron muchas culturas quienes tenían una religión politeísta, es decir, creían en muchos dioses, la mayoría de ellos representados por animales en donde los anfibios y reptiles eran pieza fundamental. Actualmente, muchos animales ya no se perciben en un sentido religioso sino todo lo contrario. Muchas personas tienen miedo a los anfibios (ranas, salamandras o tlaconetes) y reptiles (lagartijas y serpientes), los consideran feos y desagradables, pero la realidad es que muchos son inofensivos y en algunos casos hasta carismáticos, sin embargo, la mayoría son poco comprendidos. 

A la fecha, en México se han registrado 380 especies de anfibios y 957 de reptiles, y muchas de ellas sólo viven en nuestro país, sin embargo, muchas especies se encuentran catalogadas bajo alguna categoría de riesgo por las leyes mexicanas y las internacionales. Para los anfibios se calcula que están cerca del 50% de especies en estas listas y para los reptiles aproximadamente el 46% de las especies. Hay muchos factores por los cuales estos animales están en riesgo de desaparecer. Entre otros, la pérdida de su hábitat, el aumento de la temperatura a causa del cambio climático, y la introducción de especies exóticas que compiten por el hábitat o se convierten en sus depredadores. Pero también hay otras causas que pueden llegar a convertirse en una amenaza y no se tienen bien documentados, tal es el caso de los mitos y creencias. 

En general, un mito busca dar respuesta a un hecho de una manera extraordinaria y en muchos casos fantásticas haciendo uso de personajes fabulosos y con poderes mágicos. Muchas especies de anfibios y reptiles son parte de estos mitos, en donde se les atribuyen poderes que causan daño al hombre; esto hace que muchas especies estén bajo una amenaza constante para su conservación, de tal manera que la percepción de las personas se puede ver influenciada por estas historias. 

Algunos ejemplos de estos mitos y creencias se mencionarán a continuación. Uno de ellos es el que menciona que cuando un sapo es molestado explota. Lo que realmente sucede es que muchas especies suelen llenar su cuerpo de aire para aumentar su tamaño y así evitar ser comido, pero no explotan. También se dice que cuando tomas a un sapo suelen orinar y brotan verrugas en las manos. Esto tampoco es cierto, pero en ocasiones orinan por el alto grado de estrés que pueden llegar a tener al estar en peligro, pero la orina no causa ningún efecto en la piel. En algunas comunidades se dice que las salamandras son capaces de embarazar a las mujeres cuando ellas se bañan en las pozas o en los ríos. Esta historia tampoco es cierta, y aunque no se sabe el origen de este mito en ocasiones se podría pensar que fue producto de alguna excusa o algo similar. 

Las serpientes son reptiles que han sido mal vistos en muchas comunidades del país, debido a que la mayoría son consideradas venenosas cuando no lo son. Uno de los mitos más comunes es el de la serpiente bebedora de leche; al parecer ocurre cuando la madre se encuentra amamantando a su hijo y ella se duerme, entonces la serpiente coloca su cola en la boca del bebé para evitar que llore mientras ella toma la leche del seno materno. Esto no puede ser real, ya que a falta de labios flexibles ninguna serpiente podría succionar los líquidos, además de que su fisiología digestiva no tiene la capacidad de digerir la leche. 

También se tiene el mito de que el camaleón cornudo es el rey de los animales por una supuesta corona que tiene en la cabeza y cuando se enoja es capaz de lanzar gotas de sangre con veneno. Lo cierto es que el camaleón (lagartos del género Phrynosoma) no es el rey de los animales y la supuesta corona son escamas en forma de espinas que sirven como armas ante sus depredadores. De la misma manera, la sangre que lanza por sus lagrimales es una de las últimas estrategias de defensa cuando se encuentra en serio peligro. Por otra parte, en algunas localidades se cree que unas lagartijas llamadas escorpiones (lagartijas de los géneros Abronia y Barisia) son venenosas y son las madres de las serpientes de cascabel debido al parecido que tiene la forma de su cabeza con estas serpientes. Esta creencia es completamente falsa ya que, en México a excepción de dos lagartos del género Heloderma (el mounstro de Guila y el lagarto de Chaquira), no hay lagartijas venenosas. 

A lo largo del país es común escuchar este tipo de relatos, sin embargo, como ya vimos en su mayoría son falsos y otros son exagerados. Pero entonces ¿Por qué siguen matando a estos animales? La respuesta muchas veces es por miedo y desconocimiento, por lo que la gente prefiere matar a estos animales antes de, supuestamente, ser atacados por alguno de ellos. La tarea que tenemos ahora es tratar de aprender de ellos para poder conservarlos, no solo porque son especies únicas sino también por el valor cultural y biológico. Así que cuando veas a alguno de estos animales, mejor obsérvalos, cuídalos y déjalos ir. 

 

Fotografía 1: Por MCJR Camaleón cornudo de montaña. Por MCJR 

Fotografía 2: Abronia graminea llamada también escorpión.

Fotografía 3: Salamandra falsa gigantesca del arroyo en algunos lugares los llaman tlaconetes. Por José Luis Aguilar López